Los crupieres, talladores ( o repartidores, como también se los conoce), trabajan en mesas de casinos o clubes de juego con licencia. Dirigen juegos como la ruleta, el blackjack y el póquer.
Los casinos suelen emplear crupieres capaces de dirigir más de un juego. Un casino pequeño tiene en torno a seis mesas de juego y uno grande puede tener más de treinta.
En los casinos, el dinero se cambia por fichas de plástico que luego se utilizan para jugar. El crupier hace girar la ruleta o reparte las cartas después de que se hayan hecho todas las apuestas. Recogen las fichas de apuestas perdedoras y pagan a los ganadores. Los crupieres tienen que reconocer las apuestas ganadoras y calcular con rapidez y precisión lo que han ganado.
El crupier pasa un período de tiempo determinado, generalmente un máximo de dos horas, supervisando un juego, por ejemplo, el póquer. A continuación, tiene un breve descanso y pasa a otra mesa, donde por lo general se encarga de supervisar un juego distinto, por ejemplo, la ruleta.
Los casinos dan por sentado que los jugadores entienden las reglas del juego al que están jugando. Sin embargo, si se le pide, el crupier explicará las reglas del juego y de las apuestas. A veces los crupieres ofrecen instrucción sobre un juego particular para un grupo de clientes, fuera de la principal zona de juego.
Un crupier experimentado hace a veces de “inspector”, en cuyo caso supervisa y es responsable de un grupo de mesas de juego.
